Young Master Jian is Too Much of a Cuck

Chapter 58: main story of jian chapter 9 part (9)



El jefe de Jian se entrega a una pasión secreta con su esposa. Oculto, Jian se excita al observar, masturbándose mientras imita los movimientos de su jefe

Jian se deslizó de nuevo hacia su escondite, su corazón latía con una mezcla de emoción y vergüenza. Sabía que lo que estaba a punto de presenciar era una traición, pero la curiosidad y el deseo lo impulsaban a quedarse. A través de la rendija de la puerta, observó cómo el Sr. Davis, su jefe, se movía con descaro sobre su esposa, la hermosa granjera. La escena era íntima y apasionada, y Jian no podía apartar la mirada.

El Sr. Davis, con su cuerpo atlético y su presencia dominante, besaba a su esposa con una intensidad que Jian nunca había visto en él. Sus labios se movían con hambre, explorando cada rincón de la boca de ella, mientras sus manos recorrían su cuerpo con desenfreno. La esposa de Jian, ajena a la presencia de su marido, se entregaba por completo a ese romance secreto. Sus gemidos suaves llenaban la habitación, mezclándose con los susurros apasionados del Sr. Davis.

Jian, oculto en las sombras, se sintió invadido por una extraña excitación. Se bajan los pantalones lentamente, dejando que su miembro se libere de la prisión de la tela. Con los ojos fijos en la escena, comenzó a masturbarse, imitando los movimientos del Sr. Davis. Cada caricia que el jefe le daba a su esposa, cada beso que le robaba, era como una chispa que encendía el deseo de Jian.

El Sr. Davis, con su gran polla erecta, se movía con ritmo sobre la esposa de Jian, masturbándose dentro de ella. Sus caderas se movían con fuerza, llenándola de su semen caliente. La esposa, con los ojos cerrados y el rostro enrojecido, aceptaba cada embestida con un gemido de placer. Sus glúteos, redondos y firmes, se contraían con cada penetración, como si estuvieran pidiendo más.

Jian, con la respiración entrecortada, observaba cómo el culo desnudo de su esposa se movía al ritmo de las embestidas del Sr. Davis. Era un espectáculo hipnótico, y no podía evitar sentirse excitado por la situación. La idea de que su esposa estuviera siendo llenada por otro hombre, de que su jefe estuviera disfrutando de su cuerpo, lo hacía sentirse como un cornudo silencioso, pero también lo excitaba de una manera que nunca había experimentado antes.

El Sr. Davis, con una sonrisa perversa, se inclinó hacia adelante y besó a la esposa de Jian en los labios, llenándole la boca con su semen. La esposa, con los ojos aún cerrados, saboreó el líquido caliente, aceptando la creampie con un gemido de satisfacción. Jian, al ver esto, se sintió invadido por una mezcla de emociones: celos, excitación y humillación. Pero, a pesar de todo, no podía dejar de masturbarse, de sentirse parte de ese momento íntimo y prohibido.

La esposa, con el culo aún trabajador, comenzó a moverse con más fuerza, como si estuviera ordenando la polla del Sr. Davis. Sus gemidos se volvieron más intensos, y Jian pudo ver cómo su cuerpo se tensaba, listo para alcanzar el clímax. El Sr. Davis, con una sonrisa de satisfacción, aumentó el ritmo de sus embestidas, llenando a la esposa de Jian con su semen una y otra vez.

Jian, con los ojos fijos en la escena, se sentía como una silla personal, un espectador silencioso que observaba cómo su esposa estaba llena por otro hombre. La idea de que su jefe estuviera disfrutando de su cuerpo, de que estuviera siendo utilizado como un objeto de placer, lo hacía sentirse humillado, pero también lo excitaba de una manera que no podía explicar.

Cuando el Sr. Davis finalmente se corrió, llenando a la esposa de Jian con su semen caliente, ella se dejó caer sobre la cama, con una sonrisa de satisfacción en el rostro. El Sr. Davis, con una mirada de complicidad, le dio un último beso en los labios, antes de levantarse y ajustarse la ropa. Jian, aún oculto en las sombras, se sintió como un fantasma, un testigo silencioso de ese romance secreto.

Mientras el Sr. Davis salía de la habitación, Jian se quedó allí, con el miembro aún erecto, pensando en lo que acababa de presenciar. La idea de que su esposa estuviera siendo infiel, de que estuviera disfrutando de otro hombre, lo hacía sentirse como un cornudo, pero también lo excitaba de una manera que nunca había experimentado antes. Se preguntó si su esposa sabía que él había estado allí, observando, o si realmente creía que era su silla personal, un objeto inanimado que no podía ver ni sentir.

Con una mezcla de emociones fundada en su pecho, Jian se ajustó los pantalones y salió de su escondite, listo para enfrentar las consecuencias de lo que acababa de ver. Sabía que su mundo había cambiado para siempre, que su matrimonio ya no sería el mismo. Pero, a pesar de todo, no podía evitar sentirse excitado por la situación, por la idea de que su esposa estuviera siendo llena por otro hombre, y que él, como un cornudo silencioso, estuviera allí para observarlo.

En ese momento, Jian se dio cuenta de que su vida había tomado un giro inesperado, y que ya nada sería igual. Con una sonrisa perversa en el rostro, se preguntó qué otras sorpresas le depararía el futuro, y si estaría listo para enfrentarlas. La noche caía sobre la granja, y Jian se perdió en sus pensamientos, reflexionando sobre el poder del deseo, la humillación y la excitación que había experimentado esa noche. La línea entre el amor y la traición se había difuminado, y Jian no estaba seguro de dónde se encontraba, pero sabía que ya no podía volver atrás.


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