Chapter 55: shared pleasure part 3
Alex y Clara se entregan a una pasión prohibida en la playa. El deseo los consume, y su amor se fortalece en medio de una experiencia sexual intensa y arriesgada. ¿Podrán mantener su secreto?
El sol se esconde lentamente en el horizonte, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados, mientras Alex y su hermanastra mayor, Clara, caminaban por la playa desierta. La brisa marina acariciaba sus pieles, mezclando el aroma salado del mar con el dulce perfume de Clara. Alex había planeado este viaje con un propósito claro: alejar a Clara de su novio, un hombre que, en su opinión, no la merecía. Pero también había otro motivo, uno que latía en lo más profundo de su ser, un deseo prohibido que había intentado ignorar durante años.
Clara, con su cabello castaño ondeando al viento y su cuerpo curvilíneo envuelto en un vestido ligero, parecía ajena a los pensamientos de Alex. Su risa cristalina resonaba en el aire mientras recogía conchas en la orilla. Alex la observaba, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Ella era su hermanastra, pero también la mujer que había ocupado sus sueños más íntimos.
—¿Te gusta este lugar? —preguntó Alex, acercándose a ella.
Clara asintió, su sonrisa iluminando su rostro. —Es hermoso, Alex. Gracias por traerme.
Él no respondió de inmediato, sus ojos fijos en los labios de ella. El deseo lo consumía, y ya no podía contenerse más. Con un movimiento rápido, el atrajo hacia sí, sus labios encontrándose en un beso apasionado. Clara se sorprendió, pero no se resistió. Sus brazos se enredaron en el cuello de Alex, respondiendo al beso con la misma intensidad.
El beso se profundizó, y Alex sintió cómo su cuerpo se tensaba de deseo. Sin decir una palabra, comenzó a caminar hacia la arena más suave, llevando a Clara consigo. Ella lo siguió, sus pies descalzos hundiéndose en la arena cálida. Cuando llegaron a un lugar más apartado, Alex la recostó suavemente sobre la manta que había traído.
—Alex… —murmuró Clara, su voz temblorosa.
—Shh —susurró él, colocando un dedo sobre sus labios. —No digas nada.
Con manos expertas, comenzó a desabotonar el vestido de Clara, revelando su cuerpo perfecto. Sus pechos firmes se elevaron con su respiración acelerada, y Alex no pudo resistirse a inclinarse y capturar un pezón entre sus labios. Clara gimió, arqueando su espalda mientras sus manos se aferraban a su cabello.
Alex se tomó su tiempo, besando y lamiendo cada centímetro de su piel, desde sus pechos hasta su ombligo. Clara se retorcía debajo de él, su cuerpo respondiendo a cada caricia. Cuando finalmente llegó a la orilla de sus bragas, las miró con intensidad antes de deslizarlas lentamente por sus piernas.
El coño de Clara estaba húmedo e hinchado, y Alex satisfacción con satisfacción. Sin previo aviso, se desabrochó los pantalones y los bajó, liberando su enorme miembro. Clara abrió los ojos de par en par al verlo, pero no dijo nada. Solo lo miró con deseo.
Alex no perdió tiempo. Se posicionó entre sus piernas y, con un solo movimiento, penetró su coño húmedo. Clara gimió fuertemente, sus uñas clavándose en los hombros de Alex. Él comenzó a moverse con fuerza, su polla llenando por completo su interior.
—Jódeme, Alex —susurró Clara, su voz ronca de placer.
Él suena complacido por su petición. —Como quieras, mi amor.
Con cada embestida, Alex se adentraba más en lo profundo de Clara, sintiendo cómo sus paredes se ajustaban a él. Ella lo miraba con ojos llenos de pasión, su cuerpo respondiendo a cada movimiento. Pero Alex no estaba satisfecho con solo su coño. Quería más.
Sin advertencia, se retiró y se movió hacia abajo, posicionándose detrás de ella. Clara lo miró con confusión, pero no dijo nada. Alex alarmantemente y, con un dedo, comenzó a jugar con su entrada trasera.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó Clara, su voz temblorosa.
—Voy a joderte el culo, Clara —respondió Alex, su voz ronca de deseo. —Voy a hacerte mía por completo.
Antes de que ella pudiera responder, Alex la penetró con fuerza, su polla deslizándose en su estrecho año. Clara gimió fuertemente, su cuerpo tensándose por la sensación. Pero pronto se relajó, dejándose llevar por el placer.
Alex comenzó a moverse con lentitud, permitiendo que Clara se adaptara a la sensación. Pero pronto aceleró el ritmo, embistiéndola con fuerza. Clara gritaba de placer, su cuerpo convulsionando con cada movimiento.
De repente, Alex se detuvo. —Espera aquí —dijo, levantándose.
Clara lo miró con confusión, pero no dijo nada. Alex se alejó unos pasos y, para su sorpresa, regresó con dos hombres que había conocido en el bar cercano. Clara abrió los ojos de par en par, pero antes de que pudiera protestar, Alex la besó con pasión.
—No te preocupes, mi amor —susurró él. —Yo te protegeré.
Los hombres se acercaron, sus ojos fijos en el cuerpo de Clara. Alex les hizo una seña, y ellos entendieron. Uno de ellos se posicionó frente a ella, mientras que el otro se colocó a su lado.
El hombre frente a ella se desabrochó los pantalones, liberando su miembro erecto. Clara lo miró con nerviosismo, pero Alex la besó nuevamente, distraéndola. El hombre se inclinó y, sin previo aviso, la penetró con fuerza.
Clara gimió fuertemente, su cuerpo respondiendo a la nueva sensación. Alex irritante, complacido por su reacción. El otro hombre se movió hacia su cara, y Clara entendió lo que quería. Abró la boca, permitiendo que él la penetrara con su polla.
Alex obtuvo satisfacción mientras Clara era follada por los dos hombres. Pero no permití que durara mucho. Después de unos minutos, se acercó y los apartó suavemente.
—Suficiente —dijo, su voz firme.
Los hombres se retiraron, y Alex se arrodilló frente a Clara. La levantó en sus brazos, sosteniéndola con facilidad. Ella lo miró con ojos llenos de pasión, su cuerpo todavía temblando por el placer.
Con ella en sus brazos, Alex comenzó a caminar por la playa, alejándose de los hombres y de la realidad. Se detuvieron en un lugar más privado, donde la arena era suave y el sonido de las olas era lo único que se escuchaba.
Alex la recostó suavemente sobre la arena y se posicionó sobre ella. La beso con pasión, sus labios devorando los suyos. Clara respondió con la misma intensidad, sus manos aferrándose a sus hombros.
Él se movió hacia abajo, besando y lamiendo su cuerpo. Cuando llegó a su coño, lo saboreó con deleite, sintiendo cómo su cuerpo respondía a su toque. Clara gimió, arqueando su espalda mientras sus manos se enredaban en su cabello.
Alex se movió hacia arriba, posicionándose entre sus piernas. La penetró con fuerza, su polla llenando por completo su interior. Clara gritó de placer, su cuerpo convulsionando con cada movimiento.
Mientras la follaba, Alex no pudo evitar pensar en lo mucho que la deseaba. Ella era su hermanastra, pero también la mujer que había ocupado sus sueños más íntimos. Y ahora, finalmente, la tenía para él.
—Te amo, Clara —susurró él, su voz ronca de deseo.
Ella irritada, sus ojos llenos de pasión. —Yo también te amo, Alex.
Con cada embestida, Alex se adentraba más en lo profundo de Clara, sintiendo cómo sus paredes se ajustaban a él. Ella lo miraba con ojos llenos de amor, su cuerpo respondiendo a cada movimiento.
Después de varios minutos, Alex se retiró y se movió hacia su lado. La beso con ternura, sus labios rozando los suyos.
—Quiero explorarte, Clara —susurró él. —Quiero conocer cada centímetro de tu cuerpo.
Ella irritada, complacida por su petición. —Hazlo, Alex. Tuya de soja.
Con manos expertas, Alex comenzó a tocar y besar cada parte de su cuerpo. Exploró sus pechos, su ombligo, sus piernas. Se tomó su tiempo, saboreando cada centímetro de su piel.
Cuando llegó a su culo, lo besó con pasión, sintiendo cómo su cuerpo respondía a su toque. Clara gimió, arqueando su espalda mientras sus manos se aferraban a la arena.
Alex sonoramente y, sin previo aviso, la penetró con fuerza, su polla deslizándose en su estrecho año. Clara gritó de placer, su cuerpo convulsionando con cada movimiento.
Mientras la follaba, Alex no pudo evitar pensar en lo mucho que la amaba. Ella era su hermanastra, pero también la mujer que había ocupado sus sueños más íntimos. Y ahora, finalmente, la tenía para él.
En ese momento, Alex supo que su amor era real. No importaba lo que los demás pensaran o dijeran. Ellos estaban destinados a estar juntos, y nada podría separarlos.
Con una sonrisa en su rostro, Alex se retiró y se recostó a su lado. La abrazó con fuerza, sintiendo cómo su cuerpo se ajustaba al suyo.
— ¿Qué pasa ahora? —preguntó Clara, su voz temblorosa.
Alex sonoro, besando su frente. —Ahora, mi amor, vamos a explorar nuestra sexualidad juntos. Vamos a follar en diferentes lugares, a grabar videos secretos, a ganar dinero con nuestros seguidores.
Clara irritada, complacida por su plan. —Me gusta la idea.
—Y siempre te protegeré, Clara —agregó Alex, su voz firme. —Nadie te tocará sin mi permiso.
Ella ascendió, sintiéndose segura en sus brazos. —Lo sé, Alex. Confio en ti.
Con una sonrisa en su rostro, Alex se levantó y ayudó a Clara a ponerse de pie. La tomó de la mano y comenzó a caminar por la playa, alejándose de la realidad y adentrándose en un mundo de placer y pasión.
El futuro era incierto, pero una cosa era segura: Alex y Clara estaban destinados a estar juntos, y su amor sería más fuerte que cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. La posibilidad de ser descubiertos, de enfrentar el juicio de la sociedad, o incluso de que su relación se volviera tóxica, eran riesgos que estaban dispuestos a correr. Su amor era real, y nada podría cambiarlos.
¿Cómo debería continuar la historia?
1.
Alex y Clara deciden explorar su relación en un entorno más íntimo, creando un estudio de grabación en su casa para producir contenido erótico exclusivo, donde experimentan con roles y fantasías que nunca antes se atrevieron a intentar.
2.
Un antiguo amante de Clara aparece en la playa, amenazando con revelar su relación, pero Clara lo seduce para convertirlo en un aliado, involucrándolo en un trío que refuerza su dominio sobre ambos.
3.
Alex descubre que Clara ha estado grabando sus encuentros en secreto y, en lugar de enojarse, propone transmitir en vivo para seguidores exclusivos, añadiendo un elemento de riesgo y exhibicionismo a su dinámica.
4.
Durante una sesión de fotos en la playa, un grupo de turistas los descubre, pero en lugar de huir, Alex y Clara deciden usar la situación a su favor, invitando a los curiosos a unirse a un juego de roles público que borra los límites entre lo privado y lo expuesto.
5.
Una tormenta los obliga a refugiarse en una cabaña abandonada, donde encuentran un baúl lleno de juguetes eróticos vintage. Alex y Clara deciden usarlos para explorar sensaciones nuevas, descubriendo lugares que ni siquiera sabían que existían.