El mundo entre mundos.

Chapter 10: Capítulo 10



Me desperté por los rayos del sol que entraban por mi ventana.

Me encontraba muy confundido, mi visión era borrosa y no podía recordar en donde me encontraba. Sin embargo, pasados unos segundos me di cuenta de que el lugar se parecía a mi habitación.

No podía estar cien por ciento seguro de ello por lo borroso de mi visión. Se me era imposible hacer que mis ojos se enfoquen correctamente.

En la incertidumbre de no saber en donde podría encontrarme, mi miente fue la única que intentaba comprender en donde estaba.

Me tomó un tiempo poder recuperar la nitidez en mi visión. Cuando pude recuperar nuevamente la claridad en mis ojos se me fue fácil reconocer el lugar en donde estaba, mi habitación.

Respiré aliviado por saber que no me encontraba en un lugar extraño, conociéndome y conociendo el dolor de cabeza que se sentía después de una borrachera bien podría haberme quedado dormido en cualquier lugar.

Me acomodé en la cama para aliviar a mi agitado corazón.

Con los ojos aun un poco sensibles a la luz tuve un poco de dificultad para ver todos los rincones de mi habitación, sin embargo, dejando de lado los lugares por donde los rayos del sol brillaban con intensidad todo seguía estando igual a como yo lo recordaba.

Me sobé la frente con ambas manos intentando apaciguar el dolor antes de sentir nauseas.

Todo se puso de cabeza de un momento a otro antes de que un espasmo en mi columna haga que todos los recuerdos brevemente olvidados regresaran.

De un momento a otro mi cabeza se llenó de varios sucesos de la noche anterior juntos a algunos que no tenían nada que ver con el ángel.

Intenté levantarme de la cama para procesar toda la información recién adquirida, pero al estar desorientado me caí de la cama.

El dolor de cabeza incremento abruptamente al ver pasar frente a mis ojos los recuerdos de manera vivida.

— ¿Aún te resistes, miserable humano? ¿No ves la inutilidad de tu lucha? 

El recuerdo de cuando estuve a la merced del ángel paso por mis ojos, recordándome el dolor que sentía en ese momento.

Todo el sufrimiento quedó muy bien guardado en el recuerdo.

Inmediatamente después de recordar esa escena volví a la realidad con fuertes temblores por todo mi cuerpo.

Pero esto todavía no se acababa.

— Deja que tus ideales te arrastren a tu muerte.

Un nuevo recuerdo paso por mis ojos, sin embargo, este recuerdo no era algo que pudiese recordar.

Era como si no hubiera sido yo quien lo presencio sino alguien más.

No me encontraba en la calle como el recuerdo anterior, me encontraba en lo que parecía ser un cobertizo hablando a quien alguien a mis espaldas.

El dolor incremento tras vislumbrar el recuerdo antes de perder el conocimiento.

No sé cuánto tiempo pasó cuando pude recobrar el conocimiento. Mi cabeza seguía teniendo un pequeño dolor, pero no era nada a comparación del anterior.

Sin embargo, por todo lo ocurrido no pude recuperarme de lo sucedido durante mucho tiempo.

Esos vividos recuerdos no podían ser sacados de mi cabeza.

¿Eso realmente sucedió anoche? No tenía ninguna otra pregunta por el momento.

Debido a los recuerdos que recordé tan vívidamente lo sucedido el día de ayer parecía demasiado distante de la realidad y el tiempo.

Solo ayer mi vida estuvo en un peligro mortal que pudo acabar con mi vida, pero ya sentía como si eso solo hubiera ocurrido hace varios meses.

Sé muy bien que hace solo cuestión de horas mi vida pendió de un hilo tan delgado que solo pude resistir hasta el final por la poca fuerza de voluntad que me quedaba en ese momento.

Es poca fuerza de voluntad era la que no dejaba a mi cuerpo caer rendido.

¿Acaso el sistema fue quien no me dejaba caer o eran mis ganas de vivir la responsable de ayudarme a aguantar?

Bien pudo haber sido el sistema quien no me dejaba morir.

Anoche lo que más me ayudó para poder resistir todo el tiempo en el que los supuestos "refuerzos" llegaran fue la habilidad desconocida que el sistema me permitió usar e indudablemente esa habilidad fu indispensable para mi supervivencia, sin contar claro al efecto de curación tan increíble que tuve por un corto periodo de tiempo.

Miré mis manos un poco heridas y sentí la diferencia entre mi yo normal y el yo que tenía la habilidad activa.

Las leves heridas que tengo me impiden poder moverlas con facilidad, pero a comparación a la que tenía durante la noche no son nada y aun así yo podía mover a mis manos sin ningún problema.

¿Esto era la diferencia de tener una habilidad?

Me mantuve pensando acerca de lo poderosas que eran las habilidades del sistema.

Estas escapaban totalmente al entendimiento humano, porque solo con tenerla activa mi resistencia tanto como mis habilidades físicas llegaron a una escala totalmente diferente a lo acostumbrado.

No cabe duda de que el sistema es muchísimo más misterioso de lo que pude pensar.

Volví a mirar a mis cuatro extremidades en busca de algún vestigio del resplandor verde.

Fue entonces cuando el sistema me reveló una nueva pestaña. 

[¡Ding!] [Nueva función del sistema]

[Pestaña de habilidades.] 

Este título llamó mi atención, y al abrir la pestaña, quedé impresionado al ver aparecer una columna con varios nombres de habilidades.

[…Procesando]

[Información básica de la nueva función]

[Existen dos maneras de poder adquirir una habilidad nueva.]

Comprarlas desde el catálogo de habilidades. Cumplir ciertos requisitos.

[Abriendo la pestaña de habilidades.]

[Lista de habilidades disponibles:]

[Técnicas básicas de lanza.] [Costo: 150 monedas]

[Técnicas básicas de bastón.] [Costo: 120 monedas]

[Técnicas básicas de dagas.] [Costo: 100 monedas]

[Técnicas básicas de espada.] [Costo 170 monedas]

[…]

[Esgrima de rango bajo.] [Costo: 500 monedas]

[Tiro con arco de rango bajo.] [Costo: 600 monedas]

[¡Ding!] [Se ha detectado una nueva habilidad disponible.]

La sorpresa no se hiso esperar al ver la última notificación, porque una de las opciones en la lista brillo en dorado.

[Taumaturgia de rango bajo.]

Estaba ansioso por saber lo que ese recuadro significaba, sin embargo, por la brusquedad de mis movimientos dejé escapar un gemido de dolor.

[Se recomienda descanso.]

Ignoré la recomendación del sistema al centrarme únicamente en la descripción que se estaba escribiendo delante de mis ojos.

Mi atención estaba completamente centrada en la pantalla verde del sistema que no pude percatarme como mi cuerpo comenzaba a mostrar patrones de líneas verdes similares a las que habían aparecido cuando usé la habilidad por primera vez. Su aparición fue fugaz y pasó desapercibida. 

[¡Ding!] [¡Felicidades por obtener su primera habilidad!] 

[Taumaturgia de rango bajo.]

[Información detallada]

[Habilidad capaz de evolucionar si llega al nivel 10]

No supe cómo reaccionar, pero antes de poder asimilar la información de la habilidad, un dolor proveniente de mi hombro izquierdo atrajo mi atención.

Era un ardor agudo que iba incrementando de manera progresiva.

Miré mi hombro preocupado y vi que era lo que estaba provocando ese ardor.

Un tatuaje verde estaba brillando en ese lugar.

Por alguna razón en mi hombro había aparecido un grabado verde con una forma enigmática que me hacía recordar la runa de un pez.

¿Era un recordatorio por lo de ayer?

¡!

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal cuando toqué la marca.

[Fragmento de cresta mágica desconocida.] 

Una notificación del sistema parpadeó en mi visión. ¿Qué era esto? Me acuerdo de que antes de caer en el sueño profundo pude ver una notificación del sistema informándome de haber logrado completar la misión, no obstante, ¿esto podría ser una maldición lanzado por el ángel?

Contuve mi miedo tratando de no sacar conclusiones apresuradas.

— Sistema porque tengo esto?

[Es una de las recompensas que obtuvo tras completar la misión de emergencia de ayer.]

Me sentí aliviado de no haber sido maldecido por nadie, y afortunadamente el tatuaje verde en mi hombro izquierdo no era más que una recompensa que obtuve por sobrevivir.

¿Pero qué era lo que hacía esto? ¿Y sobre todo que era?

El sistema, quizás al saber en lo que estaba pensando, respondió a mi duda.

[Las Magic Crests son circuitos mágicos que contienen conocimiento y poder mágico transmitido de generación en generación en una familia de magos. La luz que emite la Magic Crest en su hombro es la manifestación de la magia almacenada en la cresta. Y al usted no tiene la suficiente energía magia para poder usarla, esta se encuentra almacenando parte de su energía. Cuando la cresta termine de almacenar la energía mágica suficiente dejará de brillar.]

Por un momento no pude decir ninguna palabra impresionado por el brillo del tatuaje, ahora llamado cresta mágica.

El brillo desprendido era igual al que su cuerpo estuvo emitiendo cuando uso la habilidad refuerzo. Me quedé viendo por un momento al tatuaje impresionado por el trasfondo de algo que parecía tan normal, antes de ir a comer algo.

No comí nada desde ayer, y a pesar de tener todo el cuerpo pidiéndome que me quede en la cama me senté en una de las sillas del comedor.

Mientras disfrutaba de la comida me puse a pensar en que había muchas cosas las cuales desconocía, que podía hacer la cresta mágica, ¿por qué el ángel caído me atacó? ¿Cuál era el objetivo del sistema? Esas tres eran unas pocas entre las muchas otras cuestiones que venían a mi cabeza.

Creo tener la determinación para poder encontrar la respuesta a cada una de esas preguntas, sin embargo, lo acontecido el día de ayer ha dejado una fuerte marca que dudo mucho poder borrar fácilmente.

Vi la ciudad desde mi ventaja con un claro miedo a lo desconocido que se esconde en ella. Toda la calma aparente de este lugar guarda tantos secretos que tengo miedo y ahora que tengo al sistema es casi seguro que me veré envuelto en multitud de problemas. Lo de ayer pudo haber sido apenas la punta del iceberg.

Al menos de eso estoy seguro.

Solo me queda prepararme para lo que viene después.

Con esa resolución, me sumergí en el día, sin percatarme de las fuerzas invisibles que continuaban tejiendo los hilos de mi existencia. 

[Recuperación física: 30%. Actividades extenuantes restringidas.] 

Un recordatorio de mi estado físico revivió la fatiga que aún pesaba sobre mí. Sin embargo, mi atención se centró en la marca verde que ahora formaba parte de mi ser. Al mirarla detenidamente, sentí una energía desconocida fluyendo a través de ella, como si contuviera secretos insondables. 

Por otro lado, cuando fui al baño para alistarme me percaté de un pequeño detalle del que se me había olvidado. Mi cara tenía algunos moretones y rasguños extremadamente visibles. Me mantuve viéndome en el espejo durante un tiempo intentando encontrar una solución a mi problema. 

El día de hoy debía ir a la academia como cualquier otro día normal, no obstante, si iba a presentarme a la academia con todo este tipo de heridas me volvería el centro de atención. Aun así, yo no podía faltar a las clases. 

El dilema de ir a la academia con mi estado físico actual se sumó a la incertidumbre que nublaba mi mente. ¿Cómo enfrentaría a mis compañeros y profesores con estas heridas?

El disgusto a las posibles miradas de sorpresa o preocupación se entrelazaba con las dudas sobre los acontecimientos recientes. 

Sin pensarlo por demasiado tiempo decidí arrojar tierra sobre la situación y comencé a recordar las palabras del ángel caído acerca del ser vigilante.

~ ¿Quién era el ser misterioso al que el ángel se refería como él? ~ Murmuré para mí mismo mientras me preparaba para la escuela.

Todo esto parecía una encrucijada de la que no voy a poder salir, no por ahora.

Cuando llegué a la academia, como era muy temprano, no había muchos estudiantes por los pasillos. Aun así, los pocos que estaban realizando las actividades del club al que pertenecían se me quedaron viendo fijamente.

 Me lo había estado esperando, pero no pensé que acapararía toda la atención en cada lugar por donde pasase.

Es verdad que en mi rostro las heridas que me provocó los ataques del ángel podían verse a simple vista y eso definitivamente iba a llamar la atención de aquel que me viera, sin embargo, ¡nadie tendría que verme!

¡He pasado todo un mes sin que nadie me prestara atención! ¿¡Por qué hoy el único día en el que quiero pasar lo más desapercibido posible es el día en el que nadie puede dejar de verme!?

Pase por donde pase escucho como todos murmuran sobre mí.

¡Una de mis compañeras se encargó de decir a todas las mujeres que me veía como yo me llamaba haciendo señas sumamente exageradas que creo significa que si me acerco a ellas las mataré!

¡Lo peor es que hasta ayer ella no conocía mi nombre!

Toda esa atención puso una carga sobre mis hombros que quería tirar. Yo no quería ser visto como un delincuente.

Pese a todo lo que ocurría a mi alrededor, no tuve de otra más que sumergirme en la rutina diaria a la que estaba acostumbrado.

Estaba obligado a mostrar una relativa normalidad para evitar seguir siendo el foco de atención con un resultado estrepitosamente opuesto.

Ahora, atrás se quedaba la imagen que las pocas personas que conocía tenían de mí.

El presidente del club de foto se me acercó con preocupación diciendo que toda mi cara estaba hecha un desastre, su mano derecha, y vicepresidente del club de foto también me dijo que lo que sea que haya hecho parecía que había sido un completo desastre.

Ambos parecían creer que las heridas en mi rostro, así como el dolor por todo mi cuerpo era debido a algún accidente mientras ayudaba a algún club.

Me sentí mal por no contarles la verdad y solo me quedé callado.

No estoy muy seguro de esto, pero creo que en esta academia cuando alguien parece atraer muchos problemas son excluido. Y con mi apariencia actual es muy probable que la mayoría piense que me metí en una pelea callejera.

Esa debió ser la razón detrás del porque el presidente del club trató de cubrirme.

— Parece ser que ese no fue el caso… No te preocupes iré diciendo que ayer tuvimos un accidente mientras colgábamos unas pancartas. —Dijo el presidente del club de foto con una mano sobre mi hombro.

Me sentí profundamente agradecido con ellos por su tan necesaria ayuda.

Ambos eran los primeros amigos que lograba hacer en todo este tiempo, y no les importó mentir solo para ayudarme en mi ya complicada vida escolar.

Los tres charlamos un rato acerca de lo ocurrido ayer, claro nunca les dije explícitamente que un ángel apareció de la nada para matarme, aun así, les dije con grandes simplificaciones que un malandro me estuvo siguiendo por un tiempo y cuando lo confronté ambos terminamos peleando.

Ni es totalmente mentira lo que dije, pero si en gran parte así que podría decirse que dije una verdad a medias.

Mientras conversaba con ellos un integrante del club de tenis apareció buscándome.

Ellos requerían que reparase algunas raquetas en mal estado. Reparar las raquetas, en realidad, no era difícil, la misma presidenta hace un tiempo me enseñó a hacerlo cuando estuve buscando un club al que unirme, y por ello sabía que allí mismo había los instrumentos necesarios para las reparaciones, no obstante, la condición actual de mi cuerpo limitaba mucho todo lo que podía hacer.

Debido a eso estuve en el club de tenis todo el tiempo restante antes del inicio de las clases, algo de dos horas para ser exactos.

La líder del club al ver cómo me costaba realizar las cosas más sencillas se me acercó con preocupación.

— Detente Liam.

Ella como cualquiera otra deportista sabía que la manera en cómo mi fatiga parecía nunca desaparecer se debía a alguna lesión. Me hiso detener todo mi trabajo e hiso que le respondiera varias preguntas acerca de mi estado de salud. Sus preguntas fueran muy básicas, cosas como si estaba durmiendo bien, cuantas comidas comía al día, en que parte del cuerpo me dolía, etc.

Ella estaba en un grado superior al mío y era conocida por ser el as del club de tenis, así que el no responderle no era una opción.

Todas sus preguntas fueron respondidas detalladamente por mi únicamente para no faltarle el respeto.

Aun así, ella nunca preguntó de cómo me había hecho las heridas, y también fue la única que se dio cuenta de que mi cara no era el único lugar con heridas.

— Sácate la camisa.

Cuando la escuché decir esas palabras mi mente quedo en blanco.

Pasaron segundos en los que reino un silencio incomodo mientras mi cabeza trataba de procesar todo sin malinterpretarlo.

Viendo su cabezo rubio rizado me di cuenta de mi error.

Ella al igual que yo era alguien del extranjero, asique la timidez típica de una japonesa no se encontraba por ningún lado, lo que significaba que esas palabras nunca fueron dichas con alguna mala intención o con un significado oculto.

Sin embargo, creo que es universal la norma de nunca pedir a alguien sacarse la camisa sino se quiere algo más, ¿no?

Además, ambos estábamos en el almacén donde se guardan las cosas de tenis.

¡Muchas cosas podrían pasar sin que nadie lo sepa!

Quiero decir, no soy un pervertido ni creo que ella lo sea, pero esta petición suya puede malinterpretarse muy fácilmente.

Tranquilízate, lo estas mal interpretando todo. Ella quizás se refería a que siente frio y me ha pedido mi camisa para no sentir tanto frio…

Eso no tiene ningún sentido.

— ¿Me entiendes?

Respiré hondo para preguntarle de la razón de su propuesta indecente.

No era necesario seguir pensando más las cosas, le preguntaré a que se refiere con que me saque la camisa.

Si sigo pensando estoy seguro de que ya nunca más poder juzgar a mis compañeros por ser pervertidos, porque yo también lo seria.

¡No puedo ser alguien hipócrita!

— ¿Me ves con cara de idiota o qué? Todos tus movimientos son tan rígidos que es más que obvio saber que estas ocultando peores heridas debajo de tu ropa. Así que sácate la camisa para ver qué tan graves son tus heridas.

Ella no espero a que le preguntara para responder la pregunta que estaba en mi cabeza.

Sinceramente es un alivio.

No me hubiese gustado que mi vida escolar se tornase incomoda solo por malinterpretar una propuesta un tanto indecente.

¡Sin embargo, no puedo mostrarle las heridas que tengo! 

¡Si lo hago ella querrá llamar a la ambulancia o a la policía!

Las heridas provocadas por las constantes explosiones no terminaron por curarse al completo, y sigue habiendo profundos cortes con grandes hematomas por todo mi pecho. Las heridas son tan preocupantes que hasta yo mismo sigo pensando que fue una mala idea haber venido a la academia en mi estado actual de salud.

—Sacarme la camisa, jaja~ que peticiones más extrañas tiene la líder. Hoy solo me desperté con muchas contracturas por todo mi cuerpo, no debe preocuparse.

Traté de explicarle que no había nada de lo que preocuparse que simplemente me desperté con dolor, pero ella golpeo mi pecho con su dedo.

Dolió muchísimo, tanto que sin querer retorcí mi cuerpo por el dolor sin dejar escapar ningún quejido.

—¿Con que no era nada de qué preocuparme? ¿Dime Liam, quieres que te quite la camisa? —Ella dijo esas palabras cruzándose ambos brazos.

Ver la seriedad en su cara me hiso creer que lo que ella decía no era una simple amenaza, sino algo que definitivamente haría si me negaba a hacerlo.

Tragué saliva sin saber que hacer.

¿Quitarme la camisa o no?

No, no me voy a sacar la camisa, discúlpeme.

— Solo necesito descansar un poco, estaré bien —Forcé una sonrisa, tratando de disipar sus inquietudes antes de salir lo más rápido del lugar sin mirar atrás. 

Al final no pude terminar de arreglar las raquetas.

Mi hombro comenzó a arder en mi huida recordándome de lo peligroso que era juntarme con gente inocente desde ahora.

Si lo que el ángel caído dijo era cierto, alguien está vigilándome y por como ocurre en casi el cien por ciento veces en las historias, pronto la gente con quien me involucre terminara viéndose afectada.

Ya no puedo juntarme con nadie más.

Es lo mejor para ellos.

Con ese pensamiento reinando en mi mente fui a mi salón de clases.


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